Etapa 13. Villalba – Arzúa

Desayunamos en el hostal y salimos sin lluvia, aunque estaba todo mojado de hacía bien poco. Eso sí, hacía mucho frío. Tomamos la carretera en dirección a Baamonde y en la primera ocasión, César se fue en solitario por camino.

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Cuando los tres llegaron a Bahamonde, a César aún le quedaban 5 kilómetros de duro camino, y siguieron hacia Guitiriz. Todos pensaban que ya no volverían a reencontrarse, pero en Baamonde hay mucha parte de carretera, y el tramo de camino que había, César se lo saltó por que es una zona dura de piedras, escaleras y demasiadas dificultades. Cuando el grupo principal llega a Guitiriz llevan 5 minutos de adelanto sobre el perseguidor.

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Tras reagruparse, paramos a tomar el bocata antes de seguir hacia Sobrado dos Monxes, aunque lo que hay en medio es muy exigente. No hay pueblos de importancia, sólo alguna pequeña aldea por el camino.

No podíamos terminar este viaje sin tener una avería gorda. La cadena de Paco, al intentar hacer un cambio de plato y piñones a la vez, se salió y se metió entre los platos y el eje de pedalier, pero con tan mala suerte de que se torsionó y quedó completamente deformada. Intentó seguir pero la cadena no engranaba y se salía nuevamente, así que tuvimos que reparar la cadena quitando los dos eslabones afectados y sustituirlos por otros dos nuevos. Afortunadamente llevamos repuesto y herramientas y conseguimos salir del paso con elegancia y efectividad.

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Tras la dura subida a los molinos se empieza a bajar a Sobrado con algunas subidas y bajadas rompe piernas.

Sobre las dos llegamos a Sobrado y sellamos en el imponente Monasterio de Santa María de Sobrado y tras las fotos buscamos donde comer.

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A partir de aquí, José María toma la carretera sin dejarla hasta Arzúa, mientras que Juan y César van por el trazado de las flechas amarillas, que es buena pista, casi toda asfaltada. Algo más atrás, Paco, a su ritmo sigue tras los pasos de los dos ciclistas.

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Este año tenemos un juguetito nuevo del que no hemos hablado. Es el Glympse, una aplicación que nos permite compartir nuestra posición, ruta y velocidad con otros usuarios. Si nos separamos y nos intercambiamos la posición podemos saber dónde está cada uno.

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Como todos los inventos, si se usan bien son beneficiosos, como la pólvora. Pero usarlos con otras intenciones es un arma poderosísima. Y José María y César usaron el Glympse para hacer una carrera virtual, que sin ser anunciada ni retada, pronto ambos notaron que efectivamente estaban compitiendo en la distancia el uno contra el otro en una contrarreloj hasta Arzúa.

Llegó José María primero, a pesar de haber dado una vuelta extra al pueblo, aunque los otros dos tuvieron que llegar juntos. Una divertida y loca forma de usar el Glympse.

Hoy nos acostamos pronto pese a ser el último día. Mañana queremos levantarnos temprano para intentar llegar a Santiago antes de las 12. Nos esperará esta vez en Santiago, Mari, la señora de Juan.

2 comentarios

  1. No me jodáis que lleváis eslabones de respuesto!
    Vaya P— Nivel!
    PD Mepasao el finde en Águilas, un pueblo al que no llega el Correo Ninterné…

  2. mamen varela garcia

    Aunque ya vi vuestra llegada en el whatsApp, pero un ultimo comentario para vuestra historia, sois geniales, porque a pesar de que ya no sois unos niños (unos menos que otros) os portais como si lo fuerais, asi que FELICIDADES chicos, a los cuatro, a ver cuanto os dura las ganas de volver

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