
Tras desayunar en el propio alojamiento y hacer unas cuantas fotos a la Iglesia de San Martín tomamos ruta para empezar nuestra penúltima etapa que en principio está previsto que sea de unos 57 kilómetros.


Una nueva parada kilómetros después en Calzadilla de la Cueza para continuar ruta.
A la altura de Terradillos de los Templarios noté un ruido extraño en la rueda. Comprobé que la parrilla estaba demasiado cerca de la rueda trasera y en marcha incluso rozaba. Como en ese momento yo iba atrás de todo no pude avisar a nadie y me quedé sólo. Avancé un poco más para entrar en el pueblo y desmonté todo para poder enderezar la parrilla que se había doblado. Llevo provocando la avería desde el primer día, cuando en el taller de Pamplona no me apretaron bien la rueda al cambiar las pastillas de freno lo que provocó que la pieza de sujección de mi parrilla fuese bajando poco a poco incluso llegando a doblarse.
Afortunadamente lo cogí a tiempo porque hubiese podido romperse del todo y reventarme la rueda. A ver si mañana aguanta, intentaré no hacer mucho el burro, aunque no prometo nada.

En el sitio donde comimos nos comentaron que en la Asociación del Camino nos pueden expedir una especie de Compostela que «certifica» la mitad del camino. En Sahagún de hecho está la marca que define justo eso, la mitad del Camino de Santiago. Ésta no la teníamos.



La Mitad del Camino, la Mitad de Compostelana… el Doble de Cazuela!
Felicidades chicos