




La llegada a Santiago fue apoteósica, tanto Carol como Isabel eran primerizas, al menos en llegar a la Plaza del Obradoiro y fueron las dos un mar de lágrimas.
En Santiago nos esperaba la familia Colás al completo, y con ellos pasamos un fin de semana de lujo, con más risas y buena comida, por si hubiésemos tenido poca durante el viaje.

La vuelta hasta Oviedo en coche de alquiler, para recoger nuestros coches y volver a casa fue otro mini viaje, con un poco más de turismo gastronómico hasta Santander, donde rematamos comiendo en La Lonja las dos parejas.


