Hoy desayunamos en el propio albergue. Ya les gustaría a algunos hoteles tener ese servicio y esas calidades.
Salimos muy temprano y en seguida llegamos a Frómista, seguimos ruta alternando camino y carretera hasta Carrión de los Condes donde paramos a tomar algo. El camino va prácticamente pegado a la carretera por lo que no hay motivo para ir por camino esquivando peregrinos. Además las carreteras son solitarias y de buen firme.
En Carrión tomamos unos pinchos de tortilla y yo fui a la farmacia para ver cómo cuidar la picadura que tengo sobre el talón derecho. Por culpa de un tractor que nos llenó de polvo, Carol se abalanzó sobre mí y me arrancó las alforjas. Hasta Calzadilla tiramos por camino y paramos a tomar un refresco y a sellar en el albergue, aunque Carol y yo no sellamos por las malas formas del «pesebrero».
En Lédigos nos despistamos porque paramos a beber agua y no nos volvimos a encontrar hasta cerca de Sahagún.
Llegamos para comer. Paco, con su tradicional fama de preguntar al personaje más peculiar de cada pueblo nos dio unos momentos de risa floja incontenible: – ¿que hay escarcha? ¿dónde dice?
El del hostal Escarcha nos mandó a comer a un espectacular sitio: Rodeo II, donde nos apretamos un lechazo que no se lo saltaba un torero. Tanto fue que esa noche cenamos fruta.
A las 22:00 ya estábamos durmiendo.