Etapa 3.- León – Pajares

Salimos a buena hora, antes de las ocho, y desayunamos en la misma ciudad antes de abandonarla. Todavía siguen de recogida los alegres muchachotes que ayer formaban alguna de las múltiples despedidas de soltero y soltera que vimos. León debe ser un lugar típico para celebrar las despedidas, porque las veces que hemos estado siempre encuentras grupos de chicos o de chicas disfrazados y pasando de un lado a otro de la ciudad.

Nuestro rumbo cambia hoy, y nos dirigimos hacia el norte, en dirección Oviedo, esta vez por el Camino Salvador. Decidimos no tomar la N-630 desde el principio, aunque somos conscientes de que hoy será nuestra carretera. Salimos por una zona de urbanizaciones hasta las afueras, que finalmente se convierte en camino y empieza a complicarse. Ya llevamos 10 kilómetros y empezamos a hacernos amigos del río Bernesga que nos acompañará casi todo el día.

El camino durante ese tramo es algo duro, con subidas con bastante pendiente y mucha piedra suelta que hace que en ocasiones haya que echar pié a tierra. En uno de los altos paramos a hacer unas fotos y decidimos seguir el track para salir a la carretera en lugar de seguir el tortuoso camino del río que indicaban las flechas amarillas. En la carretera paramos en una venta a comer algo para seguir hacia La Robla. Yo tiro por camino y el resto por carretera. El camino igual, cerca del río y muy duro, con subidas y bajadas contínuas.

Nos encontramos en La Robla y ya tomamos la 630 en dirección al Puerto de Pajares, primera complicación seria del viaje. A eso de las 3 el hambre empieza a apretar, llevamos más de 60 kilómetros y todavía nos quedan los 10 kilómetros de Pajares. Nos indican una venta, Ezequiel. Una cosa exagerada de comida empieza a llegar a la mesa; pides una fabada para uno y la traen para cuatro, una ensaladilla para tres donde comen ocho, y un cabrito para tres también para unos pocos. Resultado: salimos rodando del restaurante, y con tres Tuppers con los restos, que eran casi más de lo que comimos. Exagerado.

En ese plan empezamos a subir el puerto… menos mal que no hacía calor, porque hubiésemos terminado como el chiste de Paco Gandía de los garbanzos, os podeis imaginar. Subimos el puerto, que como digo no es muy duro, pero después de la copiosa comida se hace un poco lamentable. La bajada increíble, rampas del hasta el 17% y una bajada de 5 kilómetros hasta el pueblo de Pajares donde nos quedamos en el albergue. Por cierto, muy recomendable.

Hoy hemos visto dos peregrinos, uno a mitad de ruta y otro en el albergue. El Camino Salvador todavía no está siendo usado, aunque crece día a día.

Lance Hamster

Miguel Indudablemente

Marino Metralleta

Alberto Cuentacuentos