Estamos de nuevo en marcha, como cada año. Esta vez hemos decidido hacer la variante del
Camino Catalán (Camino de Sant Jaume), y dentro de esa variante decidimos salir desde
Cerdanyola, donde viven tres de los cinco integrantes del equipo de este año.
Se nos une este año Juan, que además es su primer camino en bicicleta. José Luis repite
este año con nosotros.
Hasta el último momento hubo dudas de la participación de José Luis, por una tendinitis en
la rodilla. Este año se ha complicado de lesiones: José María está arrastrando problemas de
cervicales y César tiene desde esta semana un principio de epicondilitis. Esperemos que
todo vaya bien y podamos terminar todos en condiciones.
Quedamos en la plaza del Ayuntamiento de Cerdanyola a las 7:30. José Luis viene pedaleando
desde Barcelona y con precisión suiza nos encontramos todos a la hora prevista. Foto de
rigor y empezamos a pedalear para inaugurar esta nueva aventura.
Pronto la «parrilla» de José Luis empezó a dar muestras de fatiga y lenta pero
inexorablemente la gravedad fue haciendo de las suyas y se comenzó a doblar por la mitad.
Paramos a intentar apañar el problema, sobre todo para que no fuese a más y seguimos camino
hacia Terrassa donde pararíamos a desayunar, pero antes buscamos un taller para apretar los
pedales de César, que venían sueltos por despiste desde la salida.
José Luis en Terrassa empezó la búsqueda de unas alforjas para sustituir la bolsa que lleva
que puede dar nuevos problemas en cualquier momento. Pero tras ir a varias tiendas y llamar
por teléfono a algunas otras no conseguimos nada.
Seguimos en dirección a Rellinars, tras pasar por un puerto no demasiado duro pero que
empieza a hacer estragos por el calor que hace hoy.
Tras la larga bajada hasta Castellbell i el Vilar buscamos un lugar para hidratarnos. No
hemos encontrado fuentes en toda la subida y estábamos como para pegar sellos.
El calor y la sed hacen que no tengamos apenas hambre, y pedimos junto a las bebidas poca
cosa de comer: algo de pan con tomate y jamón y listos. Todos comimos poco, pero César no
probó bocado… gran error.
Empezamos a subir hacia Montserrat. José Luis, el más sensato de todos decidió tomar el
tren cremallera hasta arriba para no forzar mucho la rodilla. El resto seguimos camino. A
mitad de la subida la cosa empezó a complicarse y el terreno a hacerse cada vez más
impracticable, con zonas con rampas demasiado fuertes como para ciclar, y tuvimos que tirar
de bici durante algunos largos tramos.
Eso sumado al sol de justicia y a lo poco que habíamos comido empezó a cobrarse víctimas.
Juan tiró, aunque sólo fuese con la intención de llegar arriba cuanto antes para que se
acabase el suplicio, Paco le siguió y José María y César se quedaron atrás cada vez más
agotados.
Finalmente la pájara llegó con todas sus consecuencias aplicando un serio correctivo a
César que apenas podía mover la bicicleta. Una parada para comer algo que había por las
alforjas y algún gel más allá hizo que al menos pudiese finalizar la etapa.
Nos reunimos todos en la plaza del Monasterio sobre las 17:30. Tras una ducha y una cena
reparadora, intentaremos recuperarnos para mañana seguir con la dignidad perdida hoy.
Mejor las pájaras ahora, paquenosacordemos los humanos que tenemos que ser rigurosos, organizados y previsores sobre las bisis. Buen Camino Bicigrinos…
Vale, dacuerdo. Lanónimo es el Kmpi!
Es que los años no perdonan hijo, y con tantos caminos que llevais hechos ya deberiais haber aprendido algo, pero bueno ya paso y no os reñire mas jajaja, parezco la madre del grupo.
pasarlo bien el resto del camino y tener precaucion, buen viaje peregrinos
MORALEJA: cuando la pajara vuela bajo trincala … que mas vale pajara en mano que ciento volando … pero antes trinca un bocata que te haga compañia
Animo campeones,que aunque hoy la etapa ha sido un poco negra, ya mismo en las próximas etapas, hasta las virgenes cambiaran de color,buen camino bicigrinos