Esta noche hemos dormido en «las monjitas» con un inglés y un irlandés, que a eso de las 5 de la mañana han tenido la amabilidad de levantarse y ponerse a hacer ruido como si estuviesen solos; plástico para arriba, cremallera para abajo, golpe por aquí, agua por allá… total, que a las 6, cuando ya por fin se fueron, con «to sus…», nosotros ya nos habíamos espabilado, así que nos pusimos en marcha.
A las 7 ya estábamos desayunando y preparados para salir de Cervera. Se nota que aquí ha nacido Marc Márquez, porque todas las calles están engalanadas con su 93 y fotos de sus gestas.
Hoy en principio la etapa no iba a tener mucho que contar; 65 kilómetros prácticamente cuesta abajo hasta Lleida. Pero que nadie subestime nuestra capacidad de complicarnos la vida y de hacer difícil lo fácil.
Empezamos a rodar por las buenas pistas que prácticamente nos iban a acompañar toda la etapa. Pista ancha, de buen firme y atravesando kilómetros y kilómetros de plantaciones de maiz, trigo, frutales y campos de cría de caracoles. En algunos tramos resultaba algo desagradable por el olor a insecticida, pero afortunadamente no fue mucho.
Antes de las 10 de la mañana estábamos en Tárrega, muy bien de tiempo y con bastante camino avanzado, y ahí fue donde, siguiendo las flechas amarillas nos equivocamos de camino y seguimos la variante hacia Huesca. Tiramos sin darnos cuenta kilómetros y kilómetros hasta que casi por casualidad caímos en el error. Así que tuvimos que solucionar el problema atajando por carretera hasta encontrar de nuevo nuestra ruta.
En Castellnou de Seana fue donde volvimos a enganchar nuestro camino y aprovechamos para reponer fuerzas porque aún nos quedaban más de 30 kilómetros.
Seguimos ruta aprovechando el buen terreno y metiendo caña para llegar lo antes posible. Incluso nos permitimos el lujo de ir haciendo relevos en algunos tramos para combatir el viento.
Entre el calor y el polvo del camino, la sed hacía estragos y en cada oportunidad parábamos a repostar agua y seguir pedaleando.
Antes de las tres llegamos a Lleida sin comer todavía, pero con ganas de darnos una ducha y buscar un sitio adecuado para ver la final de Champions del Barça con la Juve. Al final José María encontró la peña barcelonista donde habían puesto una pantalla gigante y allí vimos el partido y celebramos el título.
Como diría el Gran Wyoming, mañana más pero no mejor, porque es imposible.
Errare humanum est.
Bien está lo que bien acaba.
A buen fin no hay mal principio.
Y además, CAMPEONES, CAMPEONES…
Kmpi
Si no hicierais dificil lo facil la cosa no tendria emocion y … !no seriais vosotros! Jajaja
CARACOLOS!!! que ricos
Si no hicierais dificil lo facil la cosa no tendria emocion y … !no seriais vosotros! Jajaja
CARACOLOS!!! que ricos
Carola te repites jajaja, al final fue la fiesta, asi que buen dia chicos