Tras desayunar en la Pensión Rúa salimos de Arzúa sobre las ocho y media para recorrer los últimos kilómetros de nuestro viaje.
En los últimos años ya se veía notando pero este año ya es enorme la cantidad de peregrinos que van sin equipaje, tanto en bici como a pie. Los recibidores de los hoteles están llenos de maletas y mochilas cuando llegas y vuelven a estarlo cuando te vas y los taxistas y transportistas particulares tienen siempre negocio llevando bultos de una etapa a otra del camino.
Antes, esta práctica estaba incluso mal vista y se criticaba cuando alguien iba sin equipaje, pero ahora el camino se ha convertido más aún si cabe en una atracción turística y la oferta de alojamientos y albergues, no sólo los oficiales del camino sino albergues particulares turísticos ha hecho que ya la gente «acepte» este nuevo tipo de peregrinos.
Por este motivo, y porque estamos en julio, el camino es una auténtica romería. Cientos de peregrinos pueblan los caminos y cuando vas en bici tienes que ir avisándolos primero para que no se asusten al verte de repente y segundo para que te dejen paso. Pero no hay problema, se convive perfectamente y salvo excepciones todos están por el saludo afectuoso las risas y hasta por las bromas a nuestro paso.
Tanto alargamos los kilómetros en esta última etapa que cuando aún no hemos recorrido la mitad de la etapa, unos veinte kilómetros paramos en O Empalme a comer unos bocadillos que ya serían nuestra comida para todo el día ya que el plan era cenar con mi hermana Cris, Rafa y mi sobrina Julia en Santiago.
A Luis lo cogimos a contrapelo porque no tenía hambre y el pobre estuvo con unas piezas de fruta todo el día puesto que ya no volvimos a parar más hasta Lavacolla.
El resto lo mismo de siempre, pero distinto como siempre, las mismas paradas, las mismas fotos y los mismas tradiciones recordando caminos anteriores y comparando situaciones ya vividas: el hórreo, la fuente del topo, el polo de Lavacolla, la piedra de Santiago, o Monte do Gozo, la fuente de las moras…
Entramos en Santiago sobre las 15:30 felices por lo vivido y orgullosos de estar un nuevo año aquí compartiendo con los amigos de siempre estos viajes tan entrañables y que tanto disfrutamos.
Tras las fotos frente a la Catedral gestionamos el tema del transporte de las bicicletas en el mismo Hotel La Salle donde hoy pasamos la noche y fuimos a buscar nuestra enésima Compostela a la oficina del Peregrino.
Por la noche cenamos con mi familia gallega y pasamos un maravilloso rato todos juntos recordando y repasando las anécdotas de este camino, esta vez corto, pero como siempre intenso.
Nos faltó Paco desde el segundo día para completar un viaje redondo, pero siempre ha venido con nosotros, y ha estado en nuestras bromas… y alguna vez que otra seguro que le habrán pitado los oídos, pero hoy más que nunca esta entrada del blog va dedicada especialmente a él con todo nuestro cariño. Saludos compañero.
El año que viene más y mejor. Nos vemos por los caminos.
Enhorabuena peregrinos, un año más♂️♂️♂️♂️♂️
Buen remate de viaje, con el recibimiento de Julia y el encuentro con tus hermanos, me alegro que esteis todos bien incluida la mama de Paco, un abrazo a todos
Enhorabuena chicos, ha sido un viaje fantástico y lleno de paisajes y sitios bonitos.
Con un buen final de viaje, al ver a parte de la familia.
De nuevo enhorabuena.
Besos.
Hola padrino, ¡enhorabuena! por tu viaje, estoy muy contento de montar contigo algun dia un besito y hasta pronto muac
Felicidades chicos.
Final de etapa y camino . Mis felicitaciones a todo el grupo,incluido Paco,pero otra vez sera. De vuelta a casa y a pensar en el proximo,por que ya os tutean en Santiago no?. Me alegro que os juntarais con Rafa Cris y Julia. Simpatica la reaccion de la cria cuando te vio.Lo dicho buen regreso.Un fuerte abrazo