Último día de este viaje que, aunque corto ha resultado intenso y creo que ha cumplido todas nuestras expectativas. Terminamos siendo igual o más amigos que antes y con muchas más experiencias vividas.
Tras un desayuno rápido y un poco «incómodo» por culpa de una maleducada peregrina que parece que haya venido al camino a crear malos rollos, tomamos camino para recorrer los últimos 55 kilómetros de viaje. Por suerte sabemos cómo parar, dar la vuelta y enfriar casi cualquier situación.
La primera mitad de la etapa transcurre por una solitaria carretera secundaria con un camino lateral de tierra. Había muchos peregrinos por el camino y obligaba a estar parando cada poco tiempo, así que fuimos tirando por carretera, de forma tranquila y poco a poco atravesando los pocos pueblos que nos separaban de Mansilla de las Mulas donde pararíamos a comer algo sobre las 11 de la mañana.
Un poco antes nos habíamos encontrado con un grupo de seis ciclistas entre los que estaba el otro socio de Tomás: los Bicigrinos. Estuvimos charlando un rato con ellos comentando viajes, bicis eléctricas y alforjas y tras sacarnos una foto nos despedimos para seguir cada grupo a su ritmo. (Poti…. ¡quiero esa foto!)
En Mansilla nos juntamos todos de nuevo para almorzar y volvimos al camino para seguir rodando.
Hoy no ha habido averías y mi parrilla ha aguantado bien la última etapa… al final me he portado bien y no he hecho el burro. Dí que tampoco había muchas oportunidades hoy de no hacerlo, el terreno es fácil y rápido.
La última dificultad del día es el Alto del Portillo, apenas 7 kilómetros antes de llegar a León. Son dos rampas de subida de un porcentaje bastante alto pero con una distancia corta, que te permite dar todo lo que te queda porque ya no hay más. Tras hacer un poco el tonto haciendo carreritas cuesta arriba, ahora sí ya está todo el pescado vendido. Paco hizo este tramo por carretera y nos reunimos todos de nuevo en la entrada de la ciudad para entrar todos juntos.
Tras la foto de rigor en la Catedral de León, digna sustituta de nuestra Catedral de Santiago recogimos velas y volvemos a la realidad de la vida… mañana ya no hay que pedalear… ¿y ahora qué?
Felicidades Bicigrinos!
Otro camino conseguido, muchas felicidades campeones ♀️♀️
Felicidades y un saludo de un amigo peregrino y fotografo catedralicio.