Etapa 0a – El Berrueco – Riaza

Atípico comienzo de viaje este 2022 en que nos volvemos a juntar todos. ¿Todos?. No, este año falta Juan, que ha tenido problemas técnicos a última hora y no podrá acompañarnos. Y ya lo echamos de menos.

Atípico digo porque Paco empezó su viaje ayer en Roncesvalles hasta Puente La Reina y llegará a Burgos en cuatro días. Y yo salgo hoy desde casa hacia Riaza y llegaré si no hay novedad en tres días a Burgos, donde nos reuniremos con Luís y José María para hacer un Camino del Cid también peculiar, porque no llegaremos a Valencia sino que nos daremos la vuelta a mitad de camino para hacer la vuelta por otro trazado de nuevo hasta Burgos.

El trazado que yo he hecho hasta Burgos ha sido reuniendo varios tramos buscados de aquí y allá, y los más raros directamente trazados con Google.

Antes de las 8 ya estaba en marcha, en solitario para afrontar los 80 kilómetros hasta Riaza. Hasta Robregordo bien, es zona conocida de sobra por mí, pero atravesar Somosierra no es tarea fácil, tuve que rehacer el recorrido un par de veces para no comerme subidas imposibles y caminos poco ciclables.

Pasado Robregordo, por la margen derecha de la Nacional I, tuve que retroceder por mis pasos para cambiar de margen y tomar la carretera que enlaza directamente con Somosierra.

Una vez allí, tras parar a reponer fuerzas, y cuando ya parecía que lo peor había pasado, llegó lo peor de lo peor. El camino se iba adentrando en el bosque hacia arriba sin compasión y me hizo poner varias veces pie a tierra.

Aún así no tenía claro que tuviese que volverme para tomar otra alternativa, aunque la autovía del norte no deja muchas alternativas viables.

Pero tras dejar la subida que me dejó a más de 1650 metros de desnivel, enganché de nuevo por el trazado original de mi GPS y por fin empezó la tan ansiada bajada.

Al menos los paisajes y los bosques de pinos merecían la pena el esfuerzo, y cumpliendo el tiempo previsto llegué a Riaza sobre las 16:00 horas.

Hoy duermo en el Camping de Riaza, todavía no hay ambiente de verano por aquí: algunas autocaravanas y los bungalows casi todos vacíos. Me estoy adormeciendo con el sonido de los pajaritos… qué paz.