No llueve, y eso ya es noticia. Y en principio el día no pinta mal, aunque no será así siempre.
Desayunamos hoy en el mismo hotel y nos ponemos en marcha a las 8 en punto. La etapa ya empieza dura desde el principio, a pesar de ir por la costa. Pero tenemos todo el día un recorrido trufado de subidas y bajadas con mucha pendiente.
Tras una parada para ver la playa de Lires, donde tenemos que desviarnos, seguimos ruta hacia Muxía, donde paramos a comer. Llevamos ya la mitad de la etapa, y a pesar de haber sido bastante exigente hasta ahora, todavía nos queda lo peor.
Comemos bien, sin prisa, como si no tuviésemos que hacer todavía 30 kilómetros con 5 subidas importantes, de unos 100 metros de altitud cada una de ellas, excepto la última que son más de 160 metros.
Durante la comida chispea un poco, pero nada, poca cosa. Salimos de Muxía con algo de amenaza de lluvia, pero pronto vuelve a salir el sol. Lo suficiente para quitarte la chaqueta y pronto echarla de nuevo de menos.
Así hasta llegar a O Logoso, nuestro final de ruta
Después de la ducha y antes de cenar, bajamos en coche la Cascada de Ézaro, y la Piedra de O Logoso