—No se me da un ardite —dijo don Quijote— de lo que murmuran los envidiosos; que, como dijo el poeta, ‘ladran los perros, señal que pasamos’.
Hoy desayunamos churritos en la plaza Mayor de Almagro. Por la plaza pasa la banda de la próxima procesión que saldrá hoy jueves mientras nosotros terminamos de prepararnos y hacernos alguna foto para salir.
Hace frío, no tanto como ayer, el viento lateral que nos acompaña hoy un poco más, y la lluvia no parece que vaya a hacer acto de presencia. Los caminos están bien y hoy no parece que vayamos a tener problemas.
En Villa los Ángeles paramos para buscar un súper para comprar provisiones para comer en las Tablas de Daimiel. A pesar de ser festivo las tiendas están abiertas. Seguimos un poco más hasta Torralba de Calatrava donde paramos sobre las 12 a tomar un refresco.
De ahí sin parar (salvo para volver a por uno de mis guantes que se me había caído al salir del pueblo) hasta las Tablas de Daimiel.
Las pistas son espectacularmente buenas, de rodar fácil y cómodo, y los kilómetros caen que da gusto. Empezamos a ver las primeras indicaciones del Parque Nacional, hasta que llegamos al Molino de Molemocho donde damos un paseo por la zona para ver el entorno y los patitos. No sé cómo estaba antes, pero ahora parece que el agua por fin ha recuperado su territorio.
Un poco más adelante dimos cuenta de la comida en el merendero y Paco hasta se pegó una siesta de unos minutos. La salida fue un poco más complicada, porque el track que llevábamos nos indicaba por un camino que ahora está cerrado al paso, así que no tuvimos más remedio que volver atrás hasta la carretera y hacer el resto de la ruta hasta Villarrubia de los Ojos sin volver a tocar camino.
Igual que ayer, procesión y cena y a dormir, que mañana se acaba esto.
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