A las 7:30 me pongo en marcha desde el Camping en dirección a Riaza para tomar un café y unos bizcochos, porque no había mucho más donde elegir. Y los bizcochos los tuve que compartir con un grupo de pajaritos delincuentes que me robaron uno mientras me levanté a hacer una foto a la plaza.
Tras el dramático incidente, decidí no denunciarlos y seguí mi camino.
La etapa de ayer estaba prevista que sería dura, y al final resulta que la etapa dura fue esta. El principal causante de la dureza ha sido el calor, que ya hoy ha caído a plomo desde primeras horas de la mañana.
Los primeros kilómetros por carretera, solitaria pero aburrida como ella sola. Rectas infinitas y monótonas, así que pronto empecé a buscar alternativas por los diversos caminos que salían a uno y otro lado de la carretera.
Pocos pueblos y poca gente en ellos. Buscar un sitio para tomar algo se convierte en una odisea. Parada en Corral de Ayllón para ver el pueblo y seguir ruta.
Hasta aquí todo bien, buen terreno y bastante favorable, pero en Languilla empieza la fiesta. Primera dificultad del día, con el calor en todo lo alto.
A partir de aquí todo camino, bosque bajo con mucha encina y matorral. Las jaras y las retamas están en flor y tiñe el campo de blanco y amarillo. Los campos están ya secos y los pocos que están todavía verdes son los de trigo y cereal. Seguro que Bill Gates se inspiró en estos campos para su mítico fondo de pantalla del Windows XP.
En Langa de Duero parada para tomar un pincho de tortilla y algo fresco. Un poco de fruta en el mercadillo y seguir de nuevo por las carreteras desiertas y calusoras.
Hoy ha sido el día de los corzos y ciervos. Me salían a cada paso por los matorrales de los lados del camino, alertados por el ruido de mi bicicleta.
En una de las salidas, una cierva salió de debajo de un árbol en dirección contraria al camino, con la intención de desviar mi atención hacia donde no estaba su cervatillo recién nacido. Tenía pinta de haber nacido hoy mismo, aún no se ponía en pie.
Tras dejarlos tranquilos me dirijo a Bocigas de Perales, donde aprovecho la fuente para comerme la fruta y charlar un buen rato con un vecino del pueblo.
Poco después vuelvo a tomar pistas y senderos, aunque el sol se cuela por todas partes y no hay forma de escapar de él. No hay árboles altos ni sombras decentes.
Antes de salir a la carretera que me llevaría hasta Huerta del Rey me tuve que dar un chapuzón en el canal de regadío, en homenaje a aquél otro chapuzón en Azofra en pleno agosto. Estamos de calor más o menos igual que entonces.
Nada mas retomar la marcha, pinchazo en la rueda trasera, que tuve que reparar a pleno sol al pie de la carretera. Eso terminó de matarme. Llegué a Huerta del Rey con una hora de retraso y seco como una mojama.
Mañana destino Burgos.
No te inventes cesar. Lo del cervatillo no cuela
Que bueno de nuevo el bloc.
Cuando vengas a Cadiz y protestes de calor te voy a recordar este viaje, ya queda menos hijo asi que animo y palante, te queiero una jartaaaa