A las ocho bajamos a desayunar. El tiempo parece que hoy nos respetará, aunque pasamos de frío a calor con mucha facilidad.
Dennis sale con nosotros, se le ve con ganas de darse un poquito de caña. Hasta Medinaceli todo es carretera. Solitaria y de buen firme, llegamos a Medinaceli con una media de 18 km/h. Poco después de salir de Baraona nos pasaron los valencianos que iban en el coche.
En Medinaceli paramos a tomar un café y algo de comer, ya que el desayuno de Baraona ha sido muy justito.
Seguimos unos kilómetros los cuatro por carretera y poco después tomamos el único tramo de camino hasta pasado Albujuelo.
El último tramo de pista fue una dura subida en la que Dennis y yo entramos en un duro mano a mano hasta que en la última rampa me terminó dando un hachazo.
De vuelta a la carretera, hasta el cruce de Maranchón, una larga subida fue escenario de otro duelo sin cuartel.
Dennis y yo nos quedamos atrasados mientras yo me quitaba el windstopper. A partir de ahí comenzamos una persecución a Paco dando relevos y poco a poco comiéndole algo de terreno. Pero era el terreno de Paco y no había forma de pillarle. Parece que no tuvo bajones, mientras que nosotros sufrimos un poco más de la cuenta. Al final no pudimos con él. Máquina.
En el cruce Dennis se vino con nosotros hasta Maranchón donde nos despedimos. El sigue hasta Molina de Aragón.
Hoy hemos llegado a una hora decente y comemos en el «hotel». La comida no está mal. El hambre no permite exquisiteces, pero el alojamiento es demasiado cutre hasta para nosotros.
El pueblo tampoco se presta a mucho más ya que, quitando la cafetería del hostal no hay más.
Cenamos ligero viendo el Francia-Italia y nos vamos a dormir.