
Hoy estamos muy perros, pero a la vez muy puristas, y no nos dejamos ni un trozo de camino sin meternos. Incluso algunos trozos que no son del Camino también los hacemos.
Hoy Carol ha resucitado y está intratable. José María, en una de las subidas mientras sudábamos la gota gorda y venía detrás Carol cantando aquello de «Ojos veeeerdes, como la albahaca», llegó a decir (textual): «Me voy a bajar y le voy a meter una pedrada según pase».
Comimos en Nueva ya que nos quedaban todavía 14 kilómetros hasta Ribadesella y ya empezaba a hacer hambre.
Seguimos ruta y ya no paramos hasta Ribadesella, donde paramos a tomar café y a charlar con un grupo de 5 ciclistas vascos que nos encontramos.
Hasta La Isla quedaban todavía 15 kms más, y seguimos. Esta vez Paco tomó carretera y el resto nos fuimos por camino… tanto celo le pusimos que nos metimos por camino equivocado. El tramo desde luego mereció la pena, y tuvimos que tirar del GPS para volver a retomar el camino original más adelante.





Buenooooooooo. ¿Pero qué es ésto? ¿Y la lluvia? ¿Y las cervezas? ¿Y las chuletas? Vamos, que creo que vais de peregrinos de panching. Así no os ganaréis la mariscadita en Santiago!
Kmpi