A pesar de nuestros buenos propósitos hoy hemos vuelto a hacerlo. Nos hemos quedado dormidos. Pero tranquilos, estamos de vacaciones y hay que disfrutar de todos estos ratitos. Tras montar y prepar las bicis aún teníamos que ir a desayunarnos unos churritos en el bar de enfrente. Que no «farte de ná».
Salimos de Sacedón por camino buscando la población de Alcocer. Los caminos siguen pesados, con mucho barro y charcos en ocasiones insalvables al menos de forma elegante.
Si no llevávamos ya bastante retraso de tiempo, el camino de Alcocer a Salmeroncillos de Abajo aún nos retrasó más. La primera bajada de importancia del día la hicimos por un camino equivocado y cuando me dí cuenta de ello Carol ya iba por Sebastopol y no había forma de avisarla. Así que con el nuevo trazado tuvimos que ir corrigiendo la ruta.
A las dos de la tarde todavía no llevábamos más que 20 kilómetros recorridos, eso sí, bonitos, bonitos. Empezamos a abandonar la Alcarria y a adentrarnos en la Serranía Conquense y el terreno va tornándose en formaciones de roca calcárea poco a poco.
En Salmeroncillos intentamos parar a comer algo, pero por no haber no había ni bares, así que tuvimos que tirar de reservas y comernos un par de palmeritas que sobraron del día anterior y un sobre de gel energético de frutas, regado todo ello por rica agua de la fuente para retomar fuerzas para seguir camino.
Un par de horas más tarde llegábamos a Valdeolivas donde encontramos un bar en el que nos hiceron un bocata caliente que nos dio la vida para seguir ruta.
Carol está en forma y le está sacando un partido a su cámara nueva que hasta le he dicho que si llego a saberlo le hubiese regalado un «yersi», pero están saliendo buenas fotos desde luego.
Tras reponer fuerzas y descansar un rato volvimos a la ruta casi a las 6 de la tarde, todavía con unos 25 kilómetros por delante.
Aún nos quedaba alguna trampa más, porque pasar el río Guadiela no fué fácil ya que el pequeño puente de hormigón que lo cruzaba a su paso por nuestro camino estaba desbordado por uno de los lados. La corriente era tal que costaba mantener el equilibrio por la resbaladiza piedra del fondo y si no estabas atento te ibas con todo y bici. (nota para la mamma: que no era el Niágara, que lo único que nos hubiese pasado es un remojón y una colección de fotos divertidas)
Llegamos a Priego a las 8 y allí mismo buscamos alojamiento para el pueblo siguiente y compramos algo de comida en la tienda que había abierta por si acaso, que ya nos conocemos.
El camino entre Priego y Cañamares es una auténtica maravilla. Metidos en una hoz kárstica formada por el río Escabas que hacía de antesala para lo que nos espera mañana.
Cañamares hoy es un pueblo fantasma, llegamos a las 9:30, y aún tuvimos que esperar un rato a que llegase el dueño del alojamiento que le había pillado la reserva en Cuenca. Hay que tener en cuenca…
Menos mal que habíamos hecho compra y esta noche hemos hecho la cena en el propio alojamiento mientras escribo estas líneas.
Mañana más.
Lo teneis todo controlao, y, ya veo que Carol te está dando caña con la bici. Te va a poner en forma y luego nosotros a sufrir las consecucencias.
BUENA TRAVESIA.
Os estaba haciendo falta esta paliza, no se puede estar todo el dia con el culo sentado jajajaja, aunque me da miedo veros por esos sitios, pero reconozco que es muy bonito ir juntos a hacer turismo, besotes chicos