
Así que descartamos el camino del Norte que era lo que ya estábamos preparando y nos decantamos por esta.

Por la noche cayó una importante manta de agua que nos hizo temer por la etapa de hoy. Hemos dormido en el Hotel Gran Bilbao, un lugar bastante recomendable, con precios asequibles para la calidad de los servicios.
Hoy, ha amanecido el día algo gris, pero sin rastro aparentemente de nuevas lluvias, así que nos ponemos en marcha buscando la Catedral de Santiago de Bilbao, dónde iremos a sellar nuestras credenciales y que tomaremos como punto de partida de nuestro Camino.


Todo eso que subimos de golpe tuvimos que bajarlo de la mía forma, para quedarnos otra vez a la misma altura que al principio.
Como curiosidad, ese mismo desnivel que hemos ganado y perdido en unos cientos de metros, lo tenemos que volver a ganar, pero está vez durante 30 kms.

Además la belleza del recorrido, los caminos y las zonas de bosque que atravesamos hacen que la etapa se haga entretenida y divertida.
La lluvia empieza a hacer acto de presencia y nos tenemos que refugiar en una zona industrial para esperar a que escampe, aunque esta primera vez fue rápido.

No fue mucho más adelante, porque antes de llegar a Güeñes nos volvió a llover, esta vez con más fuerza, así que nos refugiamos bajo un árbol frondoso con una mesa de merendero que estaba ahí para nosotros.

Tomamos un café y seguimos hasta Balmaseda, que ya estaba apenas a 11kms.
Ya no volvió a llover.
Una etapa bonita y completita, a pesar de ser corta, pero nos ha venido bien para ir desengrasando y acomodándonos a nuestras monturas.
