Etapa 4.- Jimena de la Frontera – Ubrique

No hay día que para desayunar no caiga un mollete de la zona, que están que quitán el «sentío». En Jimena hay que tener cuidado a dónde vas, porque a la que te descuidas estás abajo del pueblo y hay que volver a subir. Así que con cuidadito buscamos el Bar España para salir con fuerzas.

Un par de reparaciones de urgencia, la rueda trasera de Carolina que pierde aire, mi eje de rueda delantero que chirría y mi freno trasero que hace ruido y nos ponemos en marcha. Durante la ronda de reparaciones debí contaminar los discos y en la bajada al pueblo mientras frenaba, con el chirrido que iba montando la gente se asomaba a las ventanas pensando que era el panadero pitando.

Cambio de planes. La empresa de llegar a Grazalema se hace complicada, así que nos planteamos como objetivo Ubrique, pero en lugar de ir por la carretera de los pueblos vamos a tomar la de la Sierra de los Alcornocales, más solitaria y bonita, aunque con un pequeño problema: no hay nada en más de 40 kilómetros. Bueno, una venta, pasada la Sauceda, pero que a esas alturas, todavía en Jimena no sabíamos si estaría abierta.

Nos pertrechamos de agua, medio fuet que llevamos en la mochila, un par de plátanos y una bolsa de gominolas. No puede pasarnos nada. Así que carretera hacia arriba.

Contamos más bicis que coches, que apenas pasaron un par de ellos como mucho, y bicicletas contamos unas 16, de carretera sobre todo. Los fines de semana esto tiene que ser la Vuelta a España.

Al final la venta estaba abierta, y como era de esperar paramos a comer para afrontar la última subida del día, para tocar techo en los 700 metros de altitud, antes de empezar a bajar hacia Ubrique, que nos esperaba unos 20 kilómetros más allá.

Tampoco vayamos a pensar que la bajada fue fácil, había muchos repechos que te dejaban las piernas acartonadas.

Por fin llegamos a destino a una hora decente. Hoy toca hacer colada y buscar una tienda de bicicletas para darle un repaso a mi bici, ya maltrecha y agotada. Hubo suerte, y en FLR Bikes me cogieron la bici de «urgencia». Un par de horas después estaba todo en su sitio.

 

 

 

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