Salimos del albergue pronto, pero como anoche ni siquiera vimos el Guggenheim, antes de abandobar Bilbao nos damos una vuelta para hacernos unas fotos y para que José Luis lo viese, que nunca había estado aquí.
La salida de Bilbao se hace muy complicada, ya que hay que tomar la ría en dirección a Portugalete y toda esa zona está llena de industrias y carreteras muy transitadas. Además muchas veces nos encontramos que las flechas amarillas siguen por calles en contra dirección lo que complica aún más las cosas.
Este año hemos tomado la ría por el margen derecho porque nunca lo habíamos hecho por ahí, además así aprovechamos y en Portugalete cruzamos la ría por el puente colgante.
A la salida de Portugalete tomamos la vía verde que nos llevará hasta la playa de La Arenas. 10 kms de vía verde, una gozada para pasear, correr o montar en bici.
Queríamos haber pasado por el puente que hay en Pobeña, pero preguntando entre unos y otros nos han liado y hemos optado por tomar la carretera. En 2012 el puente se vino abajo por las tormentas; lo arreglaron y este año se ha vuelto a caer. Por lo visto lo terminaron de arreglar hace unos días, y ni siquiera la gente a la que preguntamos antes de llegar nos supo decir con claridad si estaría arreglado. El problema es que para llegar al puente hay que cruzar toda la playa por la arena… como esa experiencia de ida y vuelta ya la hicimos en 2012 no quisimos arriesgarnos.
Seguimos ruta hacia Muskiz, donde tendremos que subir por los 108 escalones (a partir del tercero pierdes ya la cuenta) para tomar el paseo camino de Ontón. La escalera cuesta lo suyo subirla cargada como vamos, pero es la única forma de tomar el sendero y merece la pena el esfuerzo extra.
Después de otra subida y otra bajada llegamos a Castro Urdiales, donde paramos a comer. Hoy sigue cayendo el sol a plomo y ya llevamos 50 kms y quedan otros 20 hasta nuestro destino previsto. Todavía nos queda subir el Pontarrón, así que con calma vamos volviendo al pedaleo.
A mitad de la subida el día empieza a cerrarse y amenaza lluvia. Son las 7 cuando llegamos a Liendo, al mismo albergue de hace dos años donde nos recibe de la misma forma Julia, amable y habladora que nos vuelve a atender de forma estupenda.
Hoy cenita ligera en el albergue, para descansar de tanto pintxo. Mañana más.
Chicos, chicos, chicos… Yo que hablé con Paco ayer lunes nueve de junio, pensé que era el primer día, y ya lleváis cuatro! Bueno, oye. A sufrir, que paéso sois Penitentes Peregrinos y Callados Sufridores. Palante y un fuerte abrazo,
Kmpi