Ponte de Lima – Redondela
Anoche también estuvo lloviendo toda la noche. Quizás la palabra «lluvia» no sea suficientemente justa para lo que estaba ocurriendo; caÃan cubos de agua desde arriba serÃa más acertado.
Nada más empezar, la salida de Ponte de Lima fue un tanto accidentada. Intentamos seguir las flechas y nos llevamos casi una hora tirando de la bici por unos caminos embarrados y encharcados hasta las trancas. Poco despu
és de salir tuvimos que meternos bajo un puente de la nacional para resguardarnos de la lluvia. Esa no fue la primera vez que tuvimos que hacer lo mismo, por lo que hoy lo hemos declarado dÃa internacional de los puentes de autovÃa.
En el alto de la Portela el techo del camino portugués (390 mts.), utilizamos el último puente de autovÃa, y ya tomamos la carretera hasta Valença do Minho. Allà comimos, abundatemente, como siempre en Portugal, y celebramos nuestra despedida de estas tierras. SeguÃa lloviendo y salimos de allà con frÃo y viento. Cruzamos la frontera y de Tui a Redondela siguió lloviéndonos, hasta cerca de las ocho de la tarde que llegamos.
Intentamos quedarnos en el albergue de peregrinos, pero cerraban a las 22:00 y tuvimos que buscarnos una pensión, porque Cris y Rafa venÃan a buscarnos para comer en «O Furancho». Nos apretamos una mariscada, un bacalao y unas filloas de lo más económicas. Llegamos a la pensión tarde, cerca de la una y como siempre, con lluvia.
Jo que envidia, como lo vea papa, se querra ir a Galicia, besos