Salimos de Pastrana muy tarde, pasadas las 10 de la mañana. Hemos desayunado tranquilamente, después hemos ido al hotel a por las bicis y de salida hemos parado a comprar unos bizcochos borrachos típicos de la zona… me sigo quedando con los de La Torre o La Gloria, quizás es que me he criado con su sabor.
Por fin salimos de Pastrana, lentamente, sin prisa, y casi sin ganas, y todavía con Pastrana a la vista Paco vuelve a pinchar. No hemos reparado los pinchazos de los días anteriores, así que no tenemos repuesto y hay que poner parche en la cámara pinchada. Media hora después volvemos a ponernos en marcha.
Hoy apenas tenemos pueblos de paso, y el camino se hace pesado. Prácticamente todo ha sido pista, y casi toda en buen estado.
En Zorita de los Canes paramos a beber agua y seguimos por la vera del río Tajo en dirección al Embalse de Almoguera. Ya estábamos racionando el agua, porque los últimos 15 kilómetros no hemos visto ni vida humana. Llegamos a Almoguera, por la fuerte pendiente que pasa por la Ermita, donde parece que hay alguna celebración. Justo cuando pasamos nosotros están de recogida y la gente se encamina al pueblo, algunos a pie y otros en coches. Paco se para a preguntar si hay agua por allí, y yo sigo subiendo al pueblo.
En la plaza, justo al lado de la fuente había también bullicio. La sed me llevó a la fuente, y detrás del caño de agua había otro caño… este de cerveza. Me preguntaron ¿prefieres de ese caño o de este?… y me invitaron a una cerveza. Cuando llegó Paco le invitaron a otra.
Un poco más adelante estaba la gente en cola para coger su plato de caldereta que estaba ya lista. Está el pueblo en fiestas y lo de la Ermita era la procesión del Cristo. La banda de música con las reinas de las fiestas pasaron por la calle. Los encargados de hacer la caldereta son los mismos que conocimos en Budia dos días atrás, y fuimos a saludarlos de nuevo. Al final no comimos de la caldereta, y nos fuimos a comer algo a un bar cercano.
Desde Almoguera hasta Pozo de Almoguera hay unos 6 kilómetros, todo cuesta arriba y con mucho calor. Las moscas son muy, muy pesadas por aquí; se pegan a tí, se te intentan meter por todas partes, te las quitas y vuelven una y otra vez. Subir con calor se hace insoportable. En Pozo rellenamos la botella y nos mojamos un poco y salimos en dirección a Mondéjar. También están en fiestas, todo el pueblo preparado para los encierros. Esta noche hay algo así como una «patineta», que debe ser un concurso de patines o algo así. Luego veremos.