Etapa 2. Liendo – Santander

Dormir en albergues tiene una ventaja, y es que te pones en marcha antes porque los peregrinos de a pié se levantan muy temprano. En la zona donde está el albergue no hay ningún sitio donde desayunar, así que volvemos a la carretera y buscamos los dos alojamientos que vimos el día anterior.

Hubo suerte y antes de salir, aunque era muy temprano conseguimos desayunar. Hasta Laredo no queda mucho, apenas 5 kms, pero tres de ellos son de subida, y nada más empezar, por una carretera bastante pesada.

Llegamos a Laredo, recorrimos todo el paseo de la playa y llegamos al puerto para tomar el barco hacia Santoña. Este año nos quitamos toda la vuelta por Colindres, y llegamos a Santoña pasadas las 10 de la mañana. El paseo en barco fue algo caro, la verdad, teniendo en cuenta la escasa distancia que había que recorrer: 3 euros por viajero y bicicleta. En Santoña nos comimos el correspondiente bocata de anchoas… qué le vamos a hacer, hemos venido a sufrir, y sufriendo estamos.
Todavía no habíamos salido del pueblo y empezó a llover de nuevo… con fuerza, así que volvimos a ponernos chubasqueros y a tapar las alforjas. La ropa de ayer no se llegó a secar, así que algunos tenemos la ropa de abrigo mojada todavía.

Seguimos por carretera, y tan pronto escampaba como volvía a llover, aún así tomamos la opción «camino de santiago» y seguimos las flechas al 100%. Nuestra idea era comer en Santander, luego ir al hotel y luego ver el partido (España-Italia), pero entramos en Somo pasadas las 14:00, así que cambiamos de planes y comimos en un mesón de carretera que ya conocíamos de otros años.

Nos relajamos tanto que casi se nos pasa la hora de coger el barco que nos llevaría a Santander, así que salimos como alma que lleva el diablo, para hacer el kilómetro que aún nos separaba del muelle. Llegamos a tiempo de embarcar y poco después ya estábamos en Santander.

Hicimos intento de buscar el hotel, todavía todos juntos, pero tras varias tentativas decidimos despedirnos de nuestros acompañantes de los dos últimos días, que terminaban allí su viaje con nosotros y volvían a casa como estaba previsto.

Empezamos a buscar el hotel, y hasta con los GPS nos costó hacerlo. El problema es que el hotel no estaba en Santander como creíamos, sino a 3 kilómetros, en un polígono. Llegar a él sin hacerlo por la autovía fue una odisea, y nos costó un triunfo llegar.

Finalmente llegamos poco después de las 18:00, y nos dio tiempo de ver el partido, como estaba previsto.
Y con todo esto, hoy han caído 50 kms.

4 comentarios

  1. Al menos las anchoas y las cervezas compensan los estreses de la lluvia, las subidas y la inciertidumbre de los alojamientos. Pa colmo, van y empatan y el Torres no tenía su tarde.
    Ánimo peligrinos (de PELIGROSOS).
    Kmpi

  2. Bueno chicos, ya sabeis que las anchoas son de agua….. asi que… a sufrir! jajaja….
    Buen Camino!!

    Cris

  3. y el domingo día 10??? Santificando las fiestas.
    Animo al gigoló de la bici y a sus compinches de aventura

  4. esto de los balcos no entendel yo cleel que sel maliconadas un balco vole pelo dos no he dalton mediano

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