Etapa 5. Cadavo Baleira – Lugo

Nos despertamos en el primer y último albergue de este Camino Primitivo con los ruidos del resto de peregrinos. Para aprovechar un poco más tuve que ponerme los tapones de los oídos para poder dormir otra media horita.

Cuando nos tocó levantarnos aún había peregrinos recogiendo y  marchándose.

El desayuno nos lo preparó María, la hiperactiva hospitalera de este albergue privado. El albergue está francamente bien. Es pequeño pero está muy bien cuidado y pensado para hacerle la vida más cómoda a los peregrinos. Además tiene varias habitaciones dobles para quién no quiera dormir en literas. En una de ellas durmieron José María y Luís a precio de litera porque no quedaban más plazas libres.

Hoy toca etapa corta, muy corta. Además la orografía acompaña, tenemos unos kilómetros al principio de subida, con algunas rampas fuertes y a continuación casi todo bajada hasta Lugo.

En nuestro albergue hoy han dormido entre otros un par de amigos de Algeciras que hacen el camino andando y corriendo, sin equipaje ya que lo tienen contratado con Correos. Se hacen unos 50 kilómetros diarios, hoy concretamente van a andar ellos más que nosotros. Salieron de Oviedo el mismo día que nosotros y llegarán a Santiago el mismo día. Hoy los hemos pasado en las primeras bajadas y los hemos vuelto a ver en Lugo mientras ya estábamos buscando algún sitio para comer. Ellos aún tenían 20 kilómetros por delante.

La etapa de hoy salvo esa primera subida inincial transcurre por montes gallegos, los clásicos montes de eucaliptos, caminos cuidados, limpios y divertidos. Con alguna que otra rampa que nos permitía de vez en cuando cambiar de postura en la bici y modificar el ritmo, pero en general mucho llaneo y bajada.

Apenas 30 kilómetros de ruta que dio con nosotros en Lugo antes de las 12 de la mañana, así que hoy toca disfrutar de la ciudad y relajarnos para mañana que sí que volvemos a la carga.

Hemos hecho esta etapa más corta porque hemos reestructurado el final del viaje que en principio estaba previsto terminarlo en Finisterre. Pero por temas de logística, coches y horarios de trenes se nos complicaba demasiado terminar allí.

De Barcelona nos llegan buenísmas noticias. María, la madre de Paco está ya en plena forma. Nos alegramos mucho y os mandamos un caluroso abrazo y besos desde aquí. Aunque no estás aquí sabes que sigues con nosotros por los caminos, compañero.