Salir de Bilbao nos ha llevado nuestro buen rato. Quedamos con los burgaleses en la plaza donde estaba su albergue, para salir desde allí. Aunque nosotros nos pusimos en marcha a eso de las 8 como estaba previsto, nos encontramos con ellos algo más tarde, y ya que estábamos allí pues desayunamos y eso que teníamos ganado.
Los siete magníficos, con las pilas cargadas se pusieron en marcha a eso de las 9:15 y damos nuestras primeras pedaladas de este camino, y por descontado las primeras risas…
Salir de Bilbao, efectivamente se hace largo, porque se van sucediendo los pueblos sin apenas separación entre ellos: Basurto, Zorroza, Baracaldo, Sestao, Portugalete…
Saliendo de Portugalete tomamos el carril bici que nos llevaría casi a medio día a la playa de la Arena. Después de recorrernos toda la zona de arena para cruzar el puente tuvimos que darnos la vuelta porque el puente se había caído hacía poco y estaba en obras. Nuestra idea era tomar un bocata antes de subir las escaleras de Pobeña. Al final lo hicimos en el mismo chiringuito de la playa.
Julián y Paco se dieron un baño, aunque el tiempo empezaba ya a dar señales de empeorar. Hasta ahora ha hecho buen tiempo, incluso calor, pero empezó a chispear poco después de almorzar.
Julián nos ha mostrado algún tramo nuevo que no conocíamos, y que francamente ha merecido la pena
Hasta Castro Urdiales el tiempo aguantó un poco, con algunos leves chispeos, pero a partir de ahí empezó la cosa a ponerse seria y nos pusimos de agua hasta arriba. Tuvimos que ponernos todos los chubasqueros, tanto los nuestros como los de las bicis.
Nuestra idea era llegar a Laredo, pero no teníamos seguridad de encontrar alojamiento, y en Liendo paramos a preguntar y resultó que el albergue tenía plazas para todos nosotros.
Me aleglo que os liais, es diveltido. Dalos cuenta que poltais la lluvia con vosotlos y me cuesta decil-lo, pelo su nomble es Paco.
Ablazos.
Kmpi