Etapa 12. San Cibrao – Ortigueira

Desde ayer estamos en zona desconocida para nosotros y vamos tirando con flechas, tracks de GPS y algo de intuición… que es lo que más falla.

Y hoy además hemos decidido cambiar el trazado marcado porque hemos visto que el track nos iba a llevar por el interior y con unos desniveles que ya no son propios… así que replanteamos la etapa y decidimos tomar la carretera de la costa. Es algo más larga pero tiene menos desnivel y además vamos viendo el mar a ratos.

Salimos de San Cibrao y lo primero que tenemos que hacer es recuperar la etapa de ayer hasta Viveiro, y tardamos casi dos horas en hacerlo, así que queda justificada la parada prematura de ayer.

En Viveiro hacemos los recálculos y paramos a desayunar. En el bar, el camarero estaba inscrito en la competición anual de tardar más en hacer cuatro bocadillos… y encima cuando los trajo se había confundido con uno de ellos. En fin, que otra hora más perdida.

Buscamos la antigua nacional que nos llevará hasta Ortigueira por la costa. Un contínuo rompepiernas nos espera. Subimos hasta los 120 metros, volvemos a bajar, otra vez subimos, y así hasta el final. De todas formas los kilómetros iban cayendo de manera ágil y pronto nos dimos cuenta de que el objetivo de hoy lo cumpliríamos sin problemas.

En Loiba paramos a tomar un refresco y allí nos dijeron que los acantilados estaban cerca y que podíamos ir a verlos.

Paco y José Luis optaron por seguir por carretera. José María y César hicieron los casi tres kilómetros que le separaban de los acantilados. Mereció mucho la pena el desvío. Allí decidimos en lugar de volver por nuestros pasos hacia la carretera, ir buscando la misma pero por los senderos que se veían. Con Google Maps nos aseguramos que los senderos eran los buenos y fuimos por senderos durante más de 5 kms. Todo salió bien, lo cual no era fácil; no teníamos flechas, ni tracks ni idea de dónde estábamos.

Llegamos Espasante y volvemos a enganchar la carretera AC-862 que traemos desde Viveiro. Paco y José Luis ya están casi en Ortigueira. El resto del camino se hizo con facilidad.

Los que iban por delante se encargarían de buscar alojamiento. A pesar de que Ortigueira es una población relativamente grande, la oferta turística en cuanto a alojamiento se refiere brilla por su ausencia. Así que siguiendo las indicaciones de los vecinos les envían a las afueras del pueblo, a Cuiña donde podemos lavar la ropa que ya nos debería durar hasta el final del viaje dentro de tres días.

Por la noche José Luís nos sorprende tras la cena con una tarta y una botellita de cava, ya que cumple nada menos que 50 tacos. ¡FELICIDADES COMPAÑERO!

Un comentario

  1. Felisidades José Luís por tus sincuenta. Yo creo recordar que una vez los tuve, pero hace tantos siglos de éso que ya no estoy seguro de que haya sido así. En fin chicos. Que ya estáis ahí. Un último esfuerzo y ya podéis decirle al que os ha hecho las fotos como si montárais en bisi que muy bien, grasias y hasta la próxima.
    Kmpi

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