
Hubo suerte y antes de salir, aunque era muy temprano conseguimos desayunar. Hasta Laredo no queda mucho, apenas 5 kms, pero tres de ellos son de subida, y nada más empezar, por una carretera bastante pesada.

Todavía no habíamos salido del pueblo y empezó a llover de nuevo… con fuerza, así que volvimos a ponernos chubasqueros y a tapar las alforjas. La ropa de ayer no se llegó a secar, así que algunos tenemos la ropa de abrigo mojada todavía.

Nos relajamos tanto que casi se nos pasa la hora de coger el barco que nos llevaría a Santander, así que salimos como alma que lleva el diablo, para hacer el kilómetro que aún nos separaba del muelle. Llegamos a tiempo de embarcar y poco después ya estábamos en Santander.
Hicimos intento de buscar el hotel, todavía todos juntos, pero tras varias tentativas decidimos despedirnos de nuestros acompañantes de los dos últimos días, que terminaban allí su viaje con nosotros y volvían a casa como estaba previsto.
Empezamos a buscar el hotel, y hasta con los GPS nos costó hacerlo. El problema es que el hotel no estaba en Santander como creíamos, sino a 3 kilómetros, en un polígono. Llegar a él sin hacerlo por la autovía fue una odisea, y nos costó un triunfo llegar.
Finalmente llegamos poco después de las 18:00, y nos dio tiempo de ver el partido, como estaba previsto.
Y con todo esto, hoy han caído 50 kms.


Al menos las anchoas y las cervezas compensan los estreses de la lluvia, las subidas y la inciertidumbre de los alojamientos. Pa colmo, van y empatan y el Torres no tenía su tarde.
Ánimo peligrinos (de PELIGROSOS).
Kmpi
Bueno chicos, ya sabeis que las anchoas son de agua….. asi que… a sufrir! jajaja….
Buen Camino!!
Cris
y el domingo día 10??? Santificando las fiestas.
Animo al gigoló de la bici y a sus compinches de aventura
esto de los balcos no entendel yo cleel que sel maliconadas un balco vole pelo dos no he dalton mediano